Rutacampada 2015 – «Repóker de Ases»

Ruta Acampada

Todos ansiamos recorrer nuevos caminos, descubrir nuevos rincones y perdernos en lo desconocido. Con el comienzo de la época estival, llega el final de la temporada y por todos los medios procuramos saciar nuestra necesidad de aventura antes de hibernar en el estío.


Comenzamos a gestar una ruta de fin de semana pocos días antes, tan sólo con la única idea de un destino, un rumbo sin apenas tracks. Si bien, días previos contamos con el comodín de nuestros amigos del MTM, Alcatransalp y Juanjo quiénes, a pesar de no poder acompañarnos durante el fin de semana y, más allá de la amistad que nos une, reconocieron la zona un par de días antes y nos facilitaron posibles puntos de pernocta y zonas de interés. Desde aquí, nuestro agradecimiento.

En este juego de azar con infinidad de posibilidades, 360  rumbos y magníficos destinos, nos decantamos por la zona de Mazarrón – La Azohía. En cierto modo, nos apetecía una zona de calas perdidas, retiradas de la civilización. Aquella zona además nos atraía por su contenido histórico, su conocida Batería de Castillitos: fortificación de artillería situada en el Cabo Tiñoso, cuya espectacularidad arquitectónica y paisajística seduce a todo visitante. Se trata de una plaza defensiva construida en 1933, de la que destacan sus dos imponentes cañones Vickers, capaces de lanzar proyectiles de más de 800 kg a una distancia de 35 km.

Las cartas de la baraja se mezclaron con ases venidos de Lorca, Murcia y Alicante. Una vez más, MTM, TNL y STA unidos en la misma empresa: amistad, trail y aventura. Del Sector Trail Almería: GarriGs, Jorgenorge, Juancho, Parayos y Pelusus; de Motos Trail Murcia: Angeltransalp y Fogonero; del Team Nitroso Levante: Trisista y Xfree.

9 ases del trail dispuestos a darlo todo en la partida.

Días previos ultimamos los preparativos, algo de logística para repartir las cosas básicas en nuestro escaso equipaje. Es una parte importante y emocionante de cualquier viaje o ruta: no sólo es el «durante», también tiene su valor el «antes» y por supuesto, el recuerdo imborrable del «después».

DÍA 1

Por motivos laborales,  tuvimos que aplazar la salida a la hora de comer, con la idea de aprovechar al máximo las horas de la tarde y avanzar rápido por la vía de servicio, evitando paradas. Puntuales a las 14:30, nos juntamos para iniciar la ruta.

Al principio, optamos por la vía de servicio de la autovía, que cogimos pasado el campamento de Viator. Esa zona precisamente no era la más sencilla para empezar y ya en las primeras rampas, los primeros caballitos motivados por la falta de costumbre de llevar equipaje. Entretenido y perfecto para entrar en calor…

Ya pasado el 21, la vía de servicio es una pista que te permite abrir y avanzar rápido. Cómo habíamos quedado con los murcianos en Cabo Cope, preferimos tirar por la costa y hacer más tramos de asfalto para avanzar más y dejar atrás la zona que ya conocíamos.

Parada a repostar en La Venta del Pobre.

Llegados a Carboneras, decidimos meternos por la playa, a la altura del tristemente célebre Hotel Algarrobico, pero al salir otra vez al asfalto, Juancho se da cuenta que su GS800 va pinchada detrás.

A pesar del tamaño del clavo que lleva, parece que va perdiendo aire poco a poco, por lo que decidimos tratar de llegar a la gasolinera más cercana: Mojácar.

Obsérvese la púa… tipo grapa, con «muertes» a lo largo. Antes de ponernos manos a la obra, preguntamos si hay algún taller abierto, algo difícil un sábado por la tarde.

A la misma hora, pero en otra partida, otro de nuestros compañeros, Angeltranslap, -sabemos ahora- que también estaba en aprietos al quemarse una de sus alforjas y enroscarse parte de lo que llevaba en el eje de la rueda trasera, en plena autovía. Nos estaban viniendo las cartas mal dadas.

Había que ponerse con la GS800. Unos palés que asomaban detrás de las botellas de butano servirían perfectamente para subir la moto, -vete a por jabón al baño-, un cartón para apoyar la rueda y no rayar el disco, desmontables, parches, unos refrescos, …. en un momento teníamos la rueda de la GS desmontada.

Por supuesto, usando la destalonadora modelo KTM990 que con su peso y su pata cabra cumplía dicha tarea a la perfección, como bien nos enseñó el amigo Xabi cuando vino por tierras almerienses en la ruta de «Norte a Sur».

El agujero en la cámara era considerable y los parches de bicicleta… Aún así logramos cubrirlo y hasta la fecha aguanta…

Seguimos ruta aunque, dado el tiempo que habíamos perdido, decidimos continuar por carretera secundaria para recuperar y tratar de llegar a la hora a la que habíamos quedado con nuestros amigos de Murcia. La carretera de Villaricos por la costa, espectacular. Nos empieza a llover. Parada a colocarnos los chubasqueros pues tiene pinta de que va a caer lo mas grande.

Seguimos por la costa,  y en Águilas paramos a repostar. Cuándo nos disponíamos a retomar la marcha, nos percatamos que la rueda de la otra BMW estaba pinchada.  Afortunadamente nos pilló en la gasolinera, así que la misma organización que antes: palés, jabón, cartón, «destalonadora»,….  Vaya racha llevábamos.

A pesar de los contratiempos, el ambiente y la labor de equipo, inmejorable. Vamos, que nos echamos unas buenas risas.

Antes de reemprender ruta, avisamos a los amigos murcianos que, -en vista de la racha que llevábamos-, si encontraban algún sitio que vendieran parches, compraran… y, que llegábamos más tarde.

Ya eran las 20 h… nos quedaban pocas horas de luz pero muchas ganas.

Nos dirigimos a Puntas de Calnegre dónde nos esperan. La zona espectacular, unos puertos de montaña pegados a la costa, con unas vistas que te quitan el sentido. Lástima que entre la que nos estaba cayendo y que no podíamos perder tiempo, no pudimos inmortalizar esos paisajes. Volveremos.

Cuando llegamos a Puntas de Calnegre, llovía a mares. Unos niños se bañaban en la orilla, ajenos a la tormenta.

Nos encontramos a Fogonero y Angeltransalp, junto a la terraza del bar, en un parapeto protegidos de la lluvia por una sombrilla y acompañados de un par de copitas de vino. Al menos la espera, aunque larga, parece que fue fructífera.

Esquivando los chorreones de agua que caían, había que decidir entre buscar cobijo y dormir en esa zona o bien seguir ruta hasta el destino prefijado. Creo que estaba cayendo tan fuerte que preferimos salir de allí con la esperanza de que nos respetara la lluvia y llegar a la Azohía, todavía con la ilusión de poder arribar a alguna de esas calas perdidas dónde pernoctar.

Fogonero, que conocía la zona, nos llevó lo más rápidamente hasta Mazarrón. Durante el camino, cesó la lluvia.

Eran pasadas las 22 h. Tuvimos que tomar la difícil decisión de seguir de noche en busca de un lugar para pernoctar o bien, hacer noche en el camping, cenar y aprovechar al día siguiente. A pesar de que algunos estabamos dispuestos a seguir y dormir cómo fuera, finalmente, decidimos pernoctar en el camping. . Cogimos un par de bungalows, descargamos equipaje y nos fuimos a cenar.

Aunque los planes se habían trastocado debido a las numerosas incidencias durante la ruta, sin duda son estos los momentos que realmente te llenan. Compartir una cerveza rodeado de buenos amigos, mientras recordamos entre risas lo vivido. ¡¡Qué más se puede pedir!!

Bueno, también fue de notable importancia la comida, pues había bastante hambre…. 😉

Y ya puestos… ya que nos habíamos «aburguesado» y dejado el vivac para otro día, aprovechamos la civilización para tomarnos una última copa (o dos) en una terraza a pie de playa en un lugar privilegiado de Bolnuevo, junto a  «Las Gredas» o también conocida «Ciudad Encantada»: unas formaciones geológicas modeladas por el tiempo. Espectaculares… y ya no te cuento de noche, a pesar de que las fotos no le hagan justicia.

Cuanta felicidad…. jejeje

Ya con el cansancio acumulado del día, volvemos al camping que mañana queda un día largo.

DÍA 2

Amanece. Las primeras luces del día se cuelan por las rendijas de la ventana y permiten percatarme de que tengo al barbas al lao, jajajaja. De pasar la noche en una cala perdida a esto… en fín, que dura es la aventura.

Poco a poco nos vamos poniendo todos en marcha, hay que volver a cargar las motos que los Alicantinos están a punto de llegar. No se que me da, que perturbamos un poquito la paz y tranquilidad del camping…. menudo despliegue…

Enseguida vinieron los representantes del TNL. Y nos fuimos a echar un café antes de ponernos en camino.

Entre todos decidimos ir a la Azohía y subir a Cabo Tiñoso. Luego ya improvisaríamos. Desde la Azhía partía una estupenda pista que te transportaba hasta los pies de un puerto de montaña que, a su vez te catapultaba al paraíso. Una vez arriba, en las puertas de la fortificación, las vistas eran excelentes.

El acceso estaba cortado para vehículos y dado que íbamos un montón, dejamos las motos y respetamos la reciente norma pues hasta hace poco se podía acceder con el vehículo, si bien, el mal uso y el abuso han propiciado que prohíban el acceso.

No es que fuera una caminata larga, pero el calor que ya apretaba y el vestuario, ciertamente no animaban.

Y ahí estaba, una especie de castillo medieval, modulado con diferentes estancias y minado en su interior por infinidad de pasadizos que intercomunicaban las diferentes zonas: Dirección de tiro, Almacenes de pólvora, Cálculo de tiro, Repuestos, Cámara de carga,…

Recorrimos los diferentes pasadizos tratando de recomponer la historia.

Desde una de las almenas, accedimos a la parte superior. Allí nos esperaban los impresionantes cañones Vickers, que apuntaban hacia el horizonte. Las vistas desde allí arriba eran sobrecogedoras. El paisaje estaba estratégicamente dispuesto para no dejar impasivo a nadie.

Los cañones propiciaban todo tipo de fotos, de gran variedad artística, jejeje

Y por supuesto, la foto de rigor.

Después de estar un largo rato jugando en el castillo de los playmobil, seguimos ruta para conocer algunos de los sitios que nos habían marcado los amigos del MTM y en busca de alguna cala para tener en cuenta en futuras incursiones.

Y así, llegamos a un puesto de la Guardia Civil en desuso , a pie de costa. Hubiera sido un sitio cojonudo para hacer noche… en fin, para otra vez.

El lobo de mar.

Luego nos dió por seguir investigando algunos caminos para ver si llegabamos a alguna de las calas que se veían.

Momento que parayos y Tio la Vara consideraron adecuado para ponerse a mirar los bajos de la moto. Al fondo el puesto de la GC.

El caminito al final se tornaba en sendero impracticable por lo que hubo que dar la vuelta.

Y ya tiramos en dirección a la Azohía

Luego, llegados a un cruce paramos para ver que hacíamos. Hacía un calor tremendo y el agua del camelback estaba más caliente que la del depósito refrigerante. En ese momento se activó mi sexto sentido o instinto de supervivencia jajaja… a lo lejos se veían unos edificios que se me antojaron un bar en medio de la nada. Y así fue. Gloria bendita.

Seguimos la marcha en busca de un track que tenía preparado Fogonero y que nos llevaría hacia las inmediaciones de Puerto Lumbreras.

Más o menos por esta zona recibí un impacto en toda la jeta, de un paquete de tabaco lleno procedente del señor parayos que me precedía. Joder, ya se que debería dejar de fumar! Vaya susto me dí.

La verdad es que ese tramo lo disfrutamos de lo lindo. Había de todo: pista rápida, camino roto, zonas reviradas, rambla, y alguna zona más técnica.

La verdad, que buen grupo!!!

Llegados a Puerto Lumbreras. El señor Fogonero, antes de despedirse, nos dejó en buen sitio para comer. «El Bocadillón», de nombre tan explícito como real.

Después del homenaje gastronómico, tocaba despedirse de los amigos. Desde allí cada uno hacía su ciudad. Seguro que no tardaremos en volver a coincidir.

Los Almerienses tiramos por la autovía, con idea de avanzar un poco y alejarnos de la zona pues amenazaba tormenta y ya estaban cayendo las primeras gotas. Luego, buscaríamos alguna vía de servicio para alternar y que no se hiciera tan pesado.

A la altura de Níjar, nos salimos y…. no… no puede ser…. Otro pinchazo! Esta vez la 690 de GariGs, en la rueda delantera. A duras penas llega a la gasolinera de Níjar, dónde una vez más nos ponemos al lío. A falta de palés, pues una caja y buscando algún  cartón en el contenedor,  me encuentro con la sombrilla que nos vino de perlas. Montamos el box, con azafato incluido, jajajaja Esto ya empezaba a parecer profesional.

Al mal tiempo… buenas risas nos echamos

Al final quedaban pocas ganas de pista y pa lo que queda en el convento, mejor tiramos por la autovía. Allí nos adelantaron unos amigos del STA, con fotos incluidas.

Un fin de semana inolvidable, a pesar de que inicialmente las cartas «nos vinieron mal dadas» y tuvimos que trastocar los planes. Ese quizás fue el mayor aliciente, el poder improvisar,  salvar las dificultades y disfrutar en cualquier escenario, siempre rodeado de buenos amigos, dando gassss.

No importa el destino sino cómo y con quién recorres tu camino.

Imagen

Nos vemos en la próxima!!

Saludos y Vssss

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5 comments

  1. Que envidia. En mi defensa diré, que aprobé el examen que me impidió acompañaros.

  2. Buena cronica gran ruta lastima no poder acompañaros

  3. Buena cronica Pelusus ,ya veo que hicisteis un curso intensivo de reparar `pinchazos

  4. Muy buena ruta, ¡cómo os lo montáis!.

  5. Que pasada de crónica, Enhorabuena Pelusus y Enhorabuena a los participantes espero no perderme la próxima ruta acampada.
    Un saludo para todos.

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