«Cuestión de presiones» – V KDD Sector Trail Almería

Si nos limitáramos al mero significado de la palabra “Trail” (huella, rastro, camino, vereda, pista, sendero… ) seguramente no estaría escribiendo esta crónica.

Trail es una manera de entender la moto, de impregnarse de naturaleza y aventura, descubrir nuevos lugares, vivir nuevos retos y afrontar situaciones nuevas, lejos de la cotidianidad del día a día. Trail también es compañerismo y respeto.


No es únicamente el “cómo”…

… no sólo es el “donde”…

… ni siquiera es el camino, bien sea tierra o asfalto…

Es difícil resumir lo que es el Trail en una sola imagen. Serían necesarias muchas imágenes y aún así no se podrían plasmar los sentimientos ni las vivencias. Y, aunque se pudiera, cada uno tendríamos nuestra propia “foto”. Esta es la mía:

Como ya es habitual, quedamos a las 8 en el sitio de siempre. Hoy nos juntábamos unos cuantos, algunos habituales y otros, por primera vez. La mayoría de Almería, aunque contamos con dos venidos de Cadiar y Motril.

En total, 11 traileros con ganas de trail, ajenos al madrugón y al calor, pues ya a esa hora el sol empezaba a picar.

Una vez reunido el rebaño nos dirigimos a desayunar, como ya es costumbre. Presentaciones, cafés con leche y medias mixtas, con sabor taurino de San Fermín.

Ahora nos tocaba a nosotros, y cogidos de los cuernos de nuestras “vacaburras” comenzamos nuestra ruta.

Por la tranquila vía de servicio de la autovía que une almería con Granada, nos dirigimos hacia Tabernas. Una vez allí, cogimos la carretera de Tahal hasta el Collado García (1.240 m).

A partir de ahí, cogimos la pista que asciende a la Tetita de Bacares (2.082 m), la perla de la Sierra de los Filabres. Las vistas eran impresionantes. Desde allí se podía contemplar la Sierra de Baza y la inmensidad de la Sierra Nevada.

Allí, en medio de ninguna parte. en tierra de nadie, tuvimos un anfitrión: un amable retén del INFOCA de observación contra incendios, quién nos explicó cómo eran los inviernos allí y nos mostró el instrumento que se utilizaba para dar las coordenadas de un posible incendio.

Y con quien nos hicimos algunas fotos de grupo

Ahh… se me olvidaba, también había tres simpáticos y pequeños anfitriones en la Tetica.

Después de charlar un rato, continuamos ruta por una pista en dirección al Calar Alto (2.168m). Era una pista rota con alguna que otra sorpresilla en forma de bañera que a más de uno nos hizo volar con la moto, si no que se lo digan a mi clavícula… que en el aterrizaje se me resintió algo.

En el Calar Alto está el Observatorio Astronómico Hispano-Alemán, donde se encuentra el mayor telescopio de Europa continental.

Continuamos ruta por pistas, en dirección a El Hijate, parando en la frecuentada Fuente del Arroyo Verruga.

Y haciendo alguna paradita en alguna sombra para echar un cigarro y descansar un rato.

Ya en las proximidades de la civilización, cogimos asfalto, camino al restaurante.

… y por fin, después del calor insufrible y del polvo (sobre todo Max, también conocido como el “hombre-polvo”), la ansiada jarra de cerveza fría. Va por ustedes, ¡salud!

Y las viandas… ¡que hartar de comer! ¡era como un restaurante de novela de ficción! Todo era enorme: el pan, los entrantes, la ensalada, el cuenco de gazpacho, el churrasco, el postre… Aquello era el no parar de comer, siempre bajo la servicial y atenta mirada del “chef”, alias “er cuñao” que nos instó (por no decir “obligó”) a comernos TODO.

Algunos, después de hacer fraudulentos trueques del tipo “te doy este churrascazo a cambio de un trocito de cordero”, llegaron a pedir huesos a sus compañeros para así evitar la ira del “hombre de la parrilla”, que cada cierto tiempo sobrevolaba nuestros platos para “ver qué tal ibámos” e incluso llegó a proferir una frase que nos dejó sin palabras: “el que quiera puede repetir”. Doy fe que es verdad. Incluso, cuentan que a un grupo de amigos les dijo que si se comían todo, no les cobraría… sobra decir que pagaron… Sobran las palabras:

Debido a los cambios de presión estomacales, uno a uno fuimos pasando por el Sr. Roca a desgargar un poquito, lo que fuera… como si un desfile se tratara. Algunos, incluso tuvieron que visitar el excusado en varias ocasiones.

Tal fue el atracón, que un miembro del Sector Trail (marmota) soñó por la noche con el churrasco, y cito textualmente:

Cuando llegué a casa me acosté sin cenar, por supuesto, y a eso de la media noche tenía una pesadilla, en la moto, entre nubes de polvo, intentando seguiros, las ruedas traseras de vuestras motos no despedían piedras, sino ¡ CHURRASCOS !, uno de ellos se me quedo pegao en las gafas y me desperté sobresaltado y sudoroso. Entonces lo comprendí, por fin mi estomago había terminado de hacer la digestión y TENIA HAMBRE, bajé a la nevera y ante el panorama tan desértico me acordé de los platos de papas a lo pobre que nos dejamos por que no podíamos comer más, por un momento dudé en coger la moto e ir a por ellos, pero pensé en el hombre pequeñito del sombrero blanco echando comida sin parar en las brasas y me fuí a la cama otra vez.

😀
Al final, nos hicimos unas fotos con el “chef”

Con el estomago a reventar, (algunos nos planteamos aumentar la precarga de la suspensión, jeje), nos dirigimos hacia Serón.

Una vez allí, tomamos una revirada y entretenida carretera que nos hizo retroceder al pasado. Junto a ella se alzaba la Ermita de las Menas (año 1911), de estilo colonial.

Y muy cerca de ésta, Las Menas de Serón: un Antiguo poblado minero que ceso definitivamente su actividad en 1.968, aunque el auge de las extracciones y de la vida del poblado fue en la primera mitad del siglo XX, en cuyo periodo llegó a contar con 5.000 habitantes, entre mineros y sus familias (curas, ingenieros y capataces vivían en Serón, donde el clima era más «llevadero»).

Ya en el poblado, ahora reconvertido en un alojamiento rural, paramos a tomar un café y a descansar un rato.

Algunos aprovechamos para ver cómo eran las habitaciones.

Sólo ver… porque yo me hubiese quedado a echar una siesta del copón.

Y también para ver el monumento a los mineros

Allí nos despedimos, y fuimos por una carretera muy divertida en dirección a Tabernas, hasta llegar a Almería.

Una vez más, ha sido un placer compartir asfalto y tierra con vosotros. Nos vemos en la próxima!!!
Saludos y Vs

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